AL CUMPLIRSE 5 AÑOS DEL ASESINATO DE MATIAS CATRILEO QUEZADA
EXPRESAMOS LO SIGUIENTE:
Tenemos un profundo sentimiento de dolor y rabia por el
asesinato de nuestro hijo y hermano.
Nuestra indignación aumenta al conocer de cerca el actuar
inescrupuloso de la injusticia chilena, que deja en completa impunidad al
asesino de Matías, quien además ha incumplido parte de la mísera condena,
puesto que nunca ha abandonado las filas de carabineros.
Para nosotros es importante enfatizar el legado de lucha
consecuente que nos dejó Matías, en que plantea la recuperación de tierras con
autonomía, sin transar ni negociar con el Estado. El mismo decía: “La
recuperación sin autonomía no vale de nada, porque se sigue ligado al Estado
chileno”.
Nosotros como sociedad, como pueblo mapuche, somos capaces
de satisfacer nuestras propias necesidades, sin depender del Estado chileno, de
sus políticas paternalistas, ni de su carencia de valores. Seamos capaces de
amar, de ser más solidarios, más comunitarios y más libres.
Es posible que en un futuro no muy lejano la comisión
interamericana de derechos humanos condene al Estado chileno por estos y otros
casos que ocurren a diario en el Wallmapu, entonces veremos a connotados
dirigentes de turno rasgar vestiduras por los hechos ocurridos. Claro está que
no es necesario esperar que la justicia nos venga desde afuera para detener los
abusos de Poder que están pasando hoy aquí.
Visualizamos al Estado chileno como máximo responsable de
las violaciones de DDHH, ya que todos los Poderes están coludidos al servicio
del capital. El Poder ejecutivo criminaliza la lucha social, para justificar la
represión en el Wallmapu, el legislativo por su parte genera leyes que protegen
el actuar de las fuerzas represoras y el judicial interpreta las leyes a
conveniencia de los Poderes fácticos.
Para finalizar manifestamos nuestro absoluto repudio a
latifundistas, quienes cobarde y groseramente han amenazado a los peñi y sus
familias de las comunidades en resistencia. Latifundistas que se creen dueños
de muestras vidas, amenazando abiertamente que tomaran la justicia por sus
propias manos. Así como lo hizo Jorge Luchsinger quien dijo “si hay que
sacarlos a balazos, se los saca nomas” (Luchsinger, 2005) y el 2008 muere
asesinado Matías en uno de sus fundos.
Hemos comprobado que la justicia chilena no existe para el
weichafe asesinado. Pero también hemos comprobado que las balas no matan los
ideales y nuestro pueblo mapuche sigue más vivo que nunca.
Familia Catrileo Quezada
3 de enero de 2013